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De cómo fui puteada y mareada por el sistema y los funcionarios y de cómo sobreviví al trance

Les voy a contar la resumida historia de mi largo verano ahora que es oficial que para mí ha terminado.

Después de terminar el instituto en mayo, prepararme Selectividad con mis correspondientes nervios, paridas y actualizaciones al respecto... me dieron la nota.
Iba aprobada de sobra, por lo que envié las solicitudes de lo que yo quería hacer. Lo reflexioné mucho, lo hice con calma, lo comprobé todo mil veces para no ser víctima de mi mala suerte y las mandé.
Ahora tocaba esperar de nuevo una respuesta de la universidad.
Hasta aquí todo el mundo estamos de acuerdo de que por muy pesado que sea, es lo normal.

Bien, aquí vienen todas las anormalidades, irregularidades, errores, cagadas, disgustos y putadas que una servidora ha padecido:




El día que se suponía que me tenían que decir en dónde me admitían... nadie me llamó. No recibí ningún SMS, ni tampoco un e-mail, ni una notificación, ni una paloma mensajera, ni un mensaje en morse. Nada.
Después de mirarlo una y otra vez, me dicen que yo no he sido admitida en ninguno de los grados que solicité. En ninguno.
Así que obviaré la parte en la que grité, pataleé, me tiré de los pelos y dije que le iba a dar a todo por el culo y que me iba a tirar por el balcón.
Al día siguiente, me encamino presta y veloz a la Universidad Autónoma de Madrid, donde hice la Selectividad y donde envié la mayor parte de mis solicitudes para reclamar. Mi nota no era la hostia, pero tampoco era baja, así que no entendía cómo puñetas no había entrado en nada de lo que mandé. Tras hablar con uno de los que curran ahí, me dijeron que no es que no me hubiesen admitido en nada porque no me diese la nota. No me habían admitido porque yo no figuraba en los archivos. Una servidora no existía para los señores y señoras de la UAM, mis solicitudes se habían volatilizado, perdido, extraviado o como puñetas quieran decirlo.
Yo le enseñé la fotocopia de mi solicitud y me enviaron a hacer una cola de una hora y media para poner mi reclamación. El chico admitió que era error único y exclusivo de la universidad.

Error administrativo 1

Puse la reclamación ... y me dijeron que el día 30 de julio me llamarían con lo que fuese.
Y yo otra vez de los nervios, asqueada con mi vida, con mi suerte, con mi nota... y acordándome de la primera generación de la madre que parió al listo que se le ocurrió decir que la Universidad Autónoma de Madrid era el "campus de la excelencia"
El día 30 llegó y yo no recibí llamada alguna de los "excelentísimos", por lo que, con las narices ya hinchadas, llamé para ver cómo lo llevaban.

Me contestó una señorita que, a falta de un adjetivo apropiado... la calificaré como gilipollas:

-Universidad Autónoma de Madrid, ¿qué desea?
-Hola, buenas, llamaba para saber si se había revisado ya una reclamación que puse hace diez días.
-No figura nada con sus datos, señorita.
-¿Cómo que no?
-Sí, verá, es que estas cosas van en orden de gravedad, y se van revisando las reclamaciones en función de la gravedad de los casos.
-mecagoentolocagablehostiaputaya... pero vamos a ver... ustedes me han borrado del mapa. Yo he hecho la selectividad allí, envié sopocientas solicitudes y mi nombre no aparece en sus excelentes ordenadores. Soy invisible, no existo, me han ignorado ¿quiere un caso más grave que ese? ¿EN SERIO HAY CASOS MÁS GRAVES QUE ESTE? ¿qué coño les han hecho a los que lo tienen más jodido que yo? ¿han matado a sus hamsters? ¿les han partido las piernas a machetazos?
-Lo siento, señorita, así es como se trabaja aquí. Va en función de la gravedad.
-Que sí, que ya me he enterado. Yo le estoy diciendo que si mi caso no es grave ¿cuál lo es?
-Es que aquí vamos solucionando reclamaciones según la gravedad del caso.
-...
-Así son las cosas.
-Pero...
-Esto es por gravedad. Gravedad. A más grave, antes lo miran ¿entiende?
-Me cago en ti, en Newton y en la Ley de la Gravitación Universal...Sí, entiendo pero...
-Igual el suyo no es grave
-...¿no le acabo de explicar mi caso?
-...
-Mire, esto es lo que vamos a hacer... usted, si es tan amable (y el cerebro le da), va a ponerse en contacto con los que se hacen cargo de las reclamaciones y va a comprobar que no he sido nuevamente ignorada y que mi reclamación está sana y salva ¿ha entendido?. Y además, me va a llamar usted y me va a explicar por qué puñetas yo no soy un caso grave. ¿Lo has apuntado todo, bonita?
-Vale.


Error administrativo y de prioridades número 2

Colgué y me quedé mirando el teléfono con mis ojos de "matar-matar" y esperé a que la oligofrénica de la operadora cumpliese con mis instrucciones. Lo hizo.
Me llamó y me dijo:

-Buenas, señorita, al parecer ha habido un error con usted. Su problema sí era grave y ha sido revisado.
-No, si ya decía yo
-Ha sido admitida en Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación. Enhorabuena.
-Phse, gracias, muy amable.
-Debe venir el lunes a recoger su carta de admisión.
-Así lo haré.

Os recuerdo, para los que os hayáis perdido, que esta conversación tuvo lugar el día 30 de julio, que coincidió en viernes. El lunes día 2 de agosto me personé en la universidad para recoger mi carta de admisión y matricularme de una bendita vez. Me dieron la carta pero cuando fui a matricularme me dijeron que los días de matriculación habían pasado y debía esperar a septiembre. Concretamente los días 6 y 7.

-Es que no ha sido culpa mía, me acaban de dar esto hoy.
-No es nuestro problema
-Y tampoco mío. Si yo solamente quiero matricularme. No he venido a pedir ni nada
-Vuelve en septiembre.
-Jo.

Después de eso me puse a prepararme de nuevo la Selectividad y pasé el peor mes de agosto de la Historia de la Humanidad. El día dos de septiembre volví a la universidad para rellenar mi papelito para subir nota en selectividad e ingresar de nuevo el dinero y me dije que por qué no me pasaba por la facultad para que me confirmasen la fecha en la que tenía que ir a matricularme. Maldita la hora
Subí a secretaría y le conté mi película a la secretaria que me escuchó con cara de "ups-qué-manera-de-cagarla" y me dijo que le enseñase la carta de admisión.
Dicha carta tenía fecha del día 21 de julio. Algo absolutamente inexplicable, porque a mí me la habían entregado el día 30.
La señora, tras ver el panorama, me dijo que yo no iba a matricularme ni el día 6, ni el 7, ni nunca porque se me había pasado la fecha.
Insistí en que no fue culpa mía y me mandó de nuevo al Pabellón B para que me solucionasen la papeleta.
En el Pabellón B me dijeron que no debería haber inconveniente en mi admisión y que volviese a la facultad.
En la facultad me volvieron a decir que a mí no me matriculaban y el administrador dijo que yo no entraba por sus cojones toreros.
Me enviaron de nuevo al pabellón B con el número de teléfono del administrador de la facultad para que desde allí se pusiesen en contacto con él... y finalmente, tras mil paseos y tres mil amagos de infarto después, me dijeron que fuese el día 9 a matricularme.


Error número 3

El día 13 de septiembre fui a mi facultad a una presentación en una sala de conferencias que no saba el perfil para ser una sala de conferencias. No tenía buena visibilidad ni buena acústica, porque era curva y nadie que estuviese detrás podía ver nada. Y tampoco tenía aspecto decente, serio y respetable. Porque era de color naranja butano con los fluorescentes salpicados por el techo de cualquier manera. De allí nos mandaron al módulo VII y la señora que nos recibió, lo hizo de la peor manera.

-Buenos días, muchachos. Seguro que os habéis perdido para llegar hasta aquí ¿verdad?
-*Todo el mundo asiente*
-No os preocupéis, es normal. El arquitecto de este edificio lo hizo pensando en una posible revuelta de estudiantes. Lo diseñó para que los estudiantes no pudiesen huir cuando los grises entrasen a buscarles.

Todo el mundo se puso a reir.
Yo no.
Primero: Si es una broma, no tiene gracia.
Segundo: Si es verdad que todos vamos a pasar el próximo curso en un edificio diseñado específicamente para dificultarnos la huida... vamos jodidos.
En serio, desde entonces todavía estoy buscando una salida de incendios. O una flecha roja con un "EXIT" o ventanas bajas. Y no he encontrado ninguna de las tres.
Yo tenía un plan maestro de llevar queroseno y destruir el edificio, pero ahora que sé que es difícil salir... igual voy de noche y aun hay algún pobre estudiante perdido buscando la salida y a parte de condenarme por destrucción de propiedad pública me empapelan por homicidio.
Digo más.
Es que por no encontrar... no he encontrado aun el cuarto de baño.
Y va completamente en serio. El otro día iba en el tren reflexionando sobre ese asunto y si llevo tres días allí y todavía no he encontrado el cuarto de baño, tengo un problema. De mañana no pasa.

Error número 3.5

El caso es que nos comentaron que teníamos que entrar en nuestra cuenta personal de correo de la UAM para ver toda la información que nos mandasen y para comunicarnos con los profesores. Nos comunicaron que teníamos pruebas de nivel de idioma el día 16 y el 17.
Yo el día 16 no podía ir a la prueba de nivel porque me coincidía con el último día de Selectividad, por lo que me dijeron que me pusiese en contacto con el profesor correspondiente vía correo electrónico de la UAM.
Adivinad qué.
Cuando me hicieron la matrícula no me hicieron cuenta de correo de la UAM por lo que una servidora no podía comunicarse con nadie para comunicar de su ausencia, lo que significaba un cero eterno para la asignatura.
Y yo en selectividad con la cabeza loca.
Decidí madrugar e ir a buscar al profesor a su despacho. Me perdí, me fui seis módulos más adelante de donde debía ir. Descubrí que no era el módulo VI, sino el VI bis y encontré el despacho. No estaba.
Le llamé desde mi casa a su despacho. No estaba.
Por lo que llegó el día y yo no había avisado a nadie de que no podía hacer la puñetera prueba de nivel.

Subí a la secretaría al terminar selectividad y pedí que me hiciesen la puta cuenta de la UAM, porque me habían dado la contraseña pero no la dirección. Me hicieron buscar el módulo VII otra vez para buscar el aula de informática de la Facultad de Letras y me encontré con una mierda de sitio con un niñato con cascos frente al ordenador. Le expuse mi problema y me miró con ojitos de besugo.

-Yo eso no sé solucionártelo. Aquí creo que no hacemos esas cosas.

Yo, que ya traía la vena del cuello más inflada que una longaniza, le planteé la pregunta del millón.

-¿Qué pasa? ¿Que eres un informático de Letras?

Al no recibir más respuesta que una cara de estupefacción me marché de allí y volví a Secretaría.
Los excelentísimos funcionarios me dijeron que eso no era su problema, que debía dirigirme a la facultar politécnica a hablar con el CAU (Centro de Atención al Usuario, por llamarlo de alguna manera) para que me apañasen el tema del correo electrónico.
Una vez allí, me dijeron que ellos no podían solucionarme nada. Me dieron una dirección de correo para que enviase un e-mail contando mi problema y me indicaron dónde estaba la puerta.

Y sigo sin mi dirección de correo electrónico de la UAM.
Error número 4

¿Qué moralejas obtendrá el lector de esta historia?

La primera: Que la era de las telecomunicaciones apesta porque estas fallan más que una escopeta de feria.

La segunda: Que si la vida adulta consiste en padecer a la burocracia en su máximo esplendor de inoperancia y patetismo, una servidora ya tiene varios créditos completos.




To be continued...

Comentarios

  1. Como me dice mi madre: "Lo bueno es que tú te tomas las cosas con humor e ironía".

    Y como yo le contesto: "Pues maldita la gracia".

    Dios mío, qué incompetencia, estarás muy cabreada... espero que no te ofendas si te digo que la conversación con la telefonista oligofrénica me ha hecho reír. Y es que no está bien reírse de las desgracias, pero tú las cuentas muy bien.

    ¡Ánimo en tu lucha por sobrevivir al sistema!

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  2. Gy, yo desde aquí no puedo darte más que mi apoyo y mi cariño, que creo que es de lo mejorcito que vas a recibir, viendo el estado de la administración en la UAM... Por cierto, yo quería ir ahí, me estás dando mucho miedito T__T

    En fin, guaposa, valor, ánimo, paciencia y... Que la fuerza te acompañe ;)

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  3. Sinceramente? Solo se me ocurre decirte: bienvenida a la facultad. tu vida universitaria se empezará a reducir a adelantarse a los errores burocratas de todas las maneras posibles (y sustituirlos con tus intentos, a veces fallidos, de ser util a ti misma), ánimos :P. Xa-LFDM

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  4. Gaz, mi madre que soy una pesimista de los cojones y que hay cosas peores. Mi madre no cree que me lo tome con el humor suficiente.
    Y sí,e stoy encabronada como una mona xDDD y como ya te dije, si no me hubiese pasado, también me hubiese reído xD

    Wiz... igual contigo son más majos. Yo es que tengo mala suerte. Pero muchísima. Gracias por el apoyo el cariño, el ánimo y la paciencia xDDD

    Un beso!

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  5. Mami xD comentamos al tiempo. La vida de universitaria es una mierda. Me dan ganas de dejarlo nada más empezar xDDD

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  6. Vale....
    A mi me pasa eso y se me quitan las ganas de ir a la universidad de un plumazo.
    Pero, pero, pero ¿no tendras un 0? O_O.
    Como ha dicho la chica de arriba: INCOMPETENCIA, esque no puede decirse otra cosa, bueno si; INUTILIDAD, GANAS DE DAR POR EL C... y miles de sinonimos mas.

    Venga, mucha suerte y a ver si de una vez por todas, puedes contarnos lo bien que te va por las aulas universitarias =).

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  7. Mujer, sí que tienes mala suerte. Mira que yo tengo que trabajar día a día con funcionarios, y mira que he visto cagadas, pero lo tuyo parece digno de escribirse en la Antología Ejemplar de la Ley de Murphy O_o

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  8. Bienvenida a la universidad.
    Esta SÍ que ha sido una entrada ÉPICA.

    Madre mía, chica, no he parado de reírme ni aun corriendo el riesgo de despertar a mi hermano. Es que se me saltaban las lágrimas y todo. Me encantado lo del orden de gravedad. Creo que mañana lo voy a leer otra vez.
    Mira, poco a poco te irás dando cuenta de que la burocracia es así y aún más, que los que los burocráticos son todos GILIPOLLAS (y si encima son alemanes, son cuadriculados, cosa que no creo que tengas porque aprender si te sirve de consuelo).
    Me alegro de que, con todo, hayas conseguido matricularte. Con lo ARDUO que es eso. Ahora a mí también me lo están poniendo complicado.
    Ponte que he pedido una renovación de beca cosa de hace dos semanas. Me dicen que pase a buscar el documento el día veinte (ayer, lunes). Sin el documento yo no me puedo matricular, más que nada porque tendría que pagar un dinero que no tengo. Me levanta mi madre temprano para ir a por la mierda de la beca y llego y me atiende una tía borde como ella sola del ayuntamiento, que si la comisión no se ha reunido todavía. Que sí "saben" que se reunirán la última semana de septiembre, pero que no "saben" cuándo exactamente, con lo que yo NO SÉ cuándo exactamente tengo que pasar a por la puñetera beca para hacer la puñetera matrícula. Y voy a la maldita uni a recoger los impresos de matrícula (por hacer algo, así parece que no has perdido la mañana, ¿sabes?)y me pongo a mirar las asignaturas de libre y me doy cuenta de que por narices tengo que tener 12 créditos de libre y que, por lo tanto, solo puedo escoger dos asignaturas de seis créditos, cuando las que yo quería (las útiles) son solo de 4,5. Ya en primero de carrera me dijeron que yo podía elegir de libre "lo que quisiera", PERO que ellos me recomendaban tal porque cual y que DEBERÍA coger tal porque cual. Al final acaba eligiendo tal -no porque cual, sino porque al tutor se le metía en la cabeza que yo tenía que hacer tal y yo como una imbécil me fiaba del tutor-y me encontraba con una mierdecilla de asignatura de libre o, en resumidas cuentas, una pérdida de tiempo. Y ahora resulta que no puedo coger civilización inglesa ni italiano porque son asignaturas de 4,5 créditos. Eso de asignaturas de "libre" elección es un fraude, una mentira, una falacia, un canto a la hipocresía y a la tiranía jerárquica de la universidad privada. Solo por joder, tendría que coger la asignatura sobre la fertilidad de la mujer (de seis créditos), en serio te lo digo. O diseño gráfico asistido. No sé, algo que no tenga ninguna relación con mi carrera. Pero acabaré haciendo literatura inglesa, como una pringada. La madre que los trajo a todos ¬¬.

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  9. Yo hice un traslado de expediente a la UAM, desde otra universidad, y después de admitirme, me dijeron que no me matriculaban porque no había acabado el primer ciclo, y que las asignaturas que me faltaban no iba a poder aprobarlas porque ya no había clase de ellas (y las prácticas son obligatorias). Gracias a Dios, la directora de mi colegio mayor conocía gente en las altas esferas de la UAM, y después de tres días de llamadas telefónicas, me recibieron casi con la alfombra roja. Pero eso es suerte.

    De todas maneras, problemas extraños aparte, la Autónoma funciona bastante bien. Yo estoy muy a gusto, y el campus es guay.

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